martes, 21 de enero de 2014

Elegir la política


La noticia sobre la reducción de los diputados en el congreso regional de Castilla-La Mancha es una noticia importante en una semana tan convulsa, como las precedentes siempre que se habla de política y de políticos, como un oficio denostado, cercado por la corrupción, tachado de la inutilidad más absoluta. Además la propuesta de esta eliminación de plazas en el antiguo convento de San Gil, justificada por la austeridad de esta época, llegó al Congreso de los Diputados. Alguno podría pensar para qué sirven los políticos, si realmente son importantes, y por casualidad, ha llegado a mis manos estos días el ensayo "El valor de elegir" de Fernando Savater. Dedica todo un capítulo a este servicio público "La política no siempre es buena, pero su minimización o desprestigio resulta invariablemente un síntoma mucho peor". En este texto el filósofo vasco desconfía de todos aquellos que afirman "no meterse en política" y dice "en la época franquista uno podría ser gobernador civil, incluso ministro sin dedicarse a la política, ni contagiarse de ella".
En realidad, aunque sea con una relación de amor y odio, los ciudadanos necesitan buenos políticos, o al menos, personas que puedan representar, trabajar por los intereses de un pueblo, aunque solo se acuerden de ese pueblo una vez cada cuatro años. Por supuesto, que nadie está de acuerdo en que la política sea una oferta de trabajo endogámica, solo para los simpatizantes de una u otra ideología, pero, con la ausencia de estos portavoces, posiblemente en las zonas rurales, como ya se ha denunciado, no habrá una autoridad que pida un colegio, un hospital o el arreglo de una carretera.

 

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