Las declaraciones del ministro Montoro sobre la
mala calidad del cine español no son otra cosa que el ataque desmedido de la
derecha política hacia un sector, que no está ideologizado, pero que en algunos
momentos puntuales de nuestra historia reciente los cineastas han alzado la voz
ante lo que creen injusto y grave, como fue la intervención en la guerra de
Irak. Por lo tanto, al igual que ocurre con los productos catalanes, el cine
español para una parte de la población de este país es de baja calidad, malo,
malísimo, simplemente porque de vez en cuando hay expresión de opiniones
distintas. Entonces, como un frente común, alineados con marcialidad militar,
muchos españoles declaran al unísono sobre la inutilidad de este arte, cuando
se trata de productores, directores y actores españoles.
El cine es el arte total, aglutina todos los
géneros, y como en otros tiempos lo fue la ópera, el espectador puede observar
toda la grandeza del género creativo. En una película hay toda una clase de
lengua y literatura, porque se dan la narración, la poesía y el teatro, en las
dosis suficientes para que haya un buen equilibrio, sin embargo, la base
fundamental del cine es el arte audiovisual por la evocación de las imágenes,
la calidad de la fotografía o el ritmo de la banda sonora. Además el séptimo
arte es un ejercicio de sociología de toda una comunidad, por eso, al igual que
una selección de deportistas representa un país, más importante aún es que el
cine refleje la vida de una nación, la alegría y la miseria de sus gentes.
Recuerdo que en una entrevista el director Pedro Almodóvar confesaba que le
encantaba ver las películas españolas del franquismo, que algunas eran muy
malas, pero que eran el testimonio, la imagen de sus calles, el colorido del
Madrid de la época.
Que nos quede claro, de una vez por todas, que al
cine le hace falta subvención, ayuda económica, escarnio y críticas ya tiene
bastantes. En el proceso creativo no podemos igualar al cineasta con la soledad
del pintor ante su lienzo o la del poeta ante la página en blanco, porque el
cine es un producto de trabajo en equipo, que sin la labor de muchos nunca
podría realizarse, tal vez, no sea un empresa rentable o un negocio redondo,
tampoco lo ha sido la aventura inmobiliaria para muchos bancos, y sin embargo
estos han sido ayudados y protegidos desde el gobierno.
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